El carácter de Muhammad y su moralidad elevada

• Si los éxitos universalmente admirados, la riqueza y la fama de un hombre no lo cambia, y si sigue permaneciendo tan humilde como lo era al comienzo de su carrera, eso demuestra su carácter extraordinariamente fuerte, su moralidad y sus virtudes. A pesar de sus éxitos sin precedentes, que incluso forzaron a los nos musulmanes a colocarlo en la cima de la lista de los hombres más grandes de la historia, el Profeta Muhammad era más pobre y humilde de lo que era al comienzo de su misión cuando entró en La Meca victoriosamente.

• Los rostros revelan el mundo interior y el carácter de las personas. Aquellos que vieron al Profeta Muhammad no pudieron más que admirar sus apariencia y los que estaban libres de los prejuicios reconocieron su veracidad. Por ejemplo, Abdullah ibn Salam, el erudito judío más famoso de la época, creyó en él a primera vista diciendo: «Alguien con un rostro así no puede mentir».

• Si una luciérnaga asevera que es el Sol, su mentira sólo podría durar hasta el amanecer. Los turcos dicen que la vela de un mentiroso sólo arde hasta la noche lo que significa que la mentira es efímera. Así que, una persona embustera que pretenda ser Profeta sería descubierto pronto y nadie aceptaría su aseveración.

• El Profeta Muhammad reta a todas las personas a seguir el camino verdadero hasta el Último Día; él pronunció muchos discursos importantes con respecto a una gran causa, con gran comodidad y libertad, sin la menor vacilación o angustia, con pura sinceridad y gran solemnidad, y de una manera intensa y elevada que provocaba a sus enemigos.

• Es imposible que un hombre iletrado hable de un tema que requiere amplios conocimientos. Sin embargo, el Profeta Muhammad hablaba de cada tema desde la teología y la metafísica hasta la medicina, la historia, la física y nunca ha sido contradicho. Él desafió las habilidades de su gente pero aún así nada de lo que ellos elaboraron se puede comparar con el Corán.

• Nadie arriesga su vida, riqueza o reputación y aguanta muchas dificultades y persecuciones por una mentira, sino desea aún más riqueza y una posición más alta. Antes de su Misión Profética el Mensajero poseía una fortuna y era respetado por su comunidad. Sin embargo, después de su Profecía tuvo que afrontar toda clase de privaciones y persecuciones y gastó todo lo que tenía por esta causa. Sus enemigos levantaron calumnias contra él, lo golpearon y se burlaron de él. Y al final lo obligaron a abandonar su tierra natal y se levantaron en armas contra él. Aguantó todo los maltratos y hostilidades sin quejarse y encima le pidió a Allah el Todopoderoso que perdonara a sus enemigos pues lo único que él deseaba era ver a todos creyendo y adorando exclusivamente al Único Allah y que de este modo fueran prósperos en los dos mundos y se salvaran de los tormentos del Infierno.

• La historia está llena de personas que no practicaban lo que predicaron y esa gente nunca tuvo seguidores devotos. Sus ideas no cambiaron a las personas de forma permanente ni el sistema que establecieron duró por mucho tiempo. Sin embargo, el Profeta Muham­mad practicó con la mayor sinceridad y honestidad lo que predicaba y siempre fue el primero en la obediencia y en la adoración al Creador y seguidor de las leyes de la religión. Esto demuestra su total convicción acerca de su causa y que es el Mensajero de Allah enviado a la humanidad para guiarla al Camino Verdadero.

• Normalmente se supone que un hombre, cuando cumple treinta años, tiene carácter está establecido y después de los treinta no cambia mucho. Es casi imposible que cambie el carácter de una persona después de los cuarenta. Si hubiera alguna imperfección o una mancha en su carácter, eso habría aparecido antes de su misión profética. ¿Es lógico que un hombre conocido por su comunidad como el miembro más honesto y recto de repente, a los cuarenta años, asuma el rol de un gran mentiroso y farsante?

• Los mentirosos no pueden arrastrar a ningún grupo de seguidores devotos listos para sacrificarse. Ni los Profetas Moisés y Jesús tuvieron seguidores tan fervientes. Los judíos traicionaron a su Profeta adorando a un ternero de oro hecho por Samiri, cuando él los dejó por cuarenta días para recibir la Torá en el monte Sinai. Aún después de muchos años de formación intelectual y espiritual en el desierto, solamente obedecieron dos hombres temerosos de Allah cuando Moisés les ordenó luchar contra los Amalequitas. En cuanto a Jesús, uno de sus doce seguidores más devotos (Judas Iscariote) le traicionó e intentó entregarlo a sus enemigos.

   Pero los seguidores de Muhammad eran tan fieles que sacrificaron por él sus vidas, propiedades, familias y tribus. A pesar de haber crecido entre personas primitivas e ignorantes que no tenían ninguna idea positiva sobre la vida y  la administración social; y sumergidas en una oscuridad espiritual e intelectual, el Profeta pronto los convirtió en maestros, guías y gobernadores justos de la región más civilizada y en la gente más avanzada tanto social como políticamente. Sus normas posteriores han sido absolutamente admiradas desde entonces incluso por los que siguen oponiéndose al Islam y a los musulmanes.

• El Profeta Muhammad era el ejemplo ideal de la alta conducta moral y la virtud. Él apareció entre unas personas de desierto que poseían solamente el nivel de civilización más rudimentario y devotas a la inmoralidad. ¿Quién lo educó como la persona más virtuosa? Su padre murió antes de que él haya nacido; y su madre murió cuando el tenía seis años. Fue criado por su abuelo y su tío pero ¿cómo pudieron otorgarle estas perfecciones cuando ellos no se encontraban imbuidos de tales conocimientos? Su maestro era Allah como decía él: «Mi Señor me educó y me enseñó buenos modales y ¡qué bien me educó Él y qué bien me enseñó los buenos modales!»

• La historia ha conocido a muchas personas virtuosas. Por ejemplo, si la generosidad excede sus límites, se convierte en extravagancia. Similarmente, si el ahorro no se puede mantener dentro de los límites moderados, se convierte en avaricia. El coraje normalmente se confunde con la imprudencia; y la dialéctica o la demagogia con la inteligencia. La virtud requiere conocimiento sobre cómo actuar en ciertas condiciones. Por ejemplo, la paciencia y el sacrificio voluntario de una persona de sus derechos es bueno y es una virtud; pero cuando eso se hace en nombre de una nación es una traición. La gente puede aguantar sus propias condiciones con paciencia, pero no lo pueden hacer por una nación. El orgullo y la indignación en nombre de una nación son loables.

   El Profeta Muhammad era perfectamente equilibrado en sus virtudes y buenas morales; perfectamente valiente cuando era necesario; muy suave con la gente; humilde entre las personas; circunspecto pero también muy amable y mucho más generoso que todos los demás pero también económico y opuesto a la extravagancia. En breve, era el equilibrio ideal de todas las virtudes y buenas cualidades.

• Según los teólogos musulmanes, hay seis fundamentos básicos de la Misión Profética: la veracidad, la confianza, la divulgación de las órdenes de Allah, la inteligencia, la infalibilidad y estar libre de toda clase de defectos corporales y mentales. La historia registra que el Profeta Muhammad llevaba todos estos atributos de una manera perfecta.

   Las personas muchas veces tienen que tomar decisiones urgentes que les puedan causar problemas en el futuro. Los grandes éxitos del Profeta Muhammad, realizados durante en un corto periodo de 23 años, no tiene igual en la historia de la humanidad. Él nunca falló y sus decisiones resultaron ser correctas. Además sus acciones y palabras eran tanto para su propia gente como para todas las generaciones posteriores a pesar del tiempo y espacio. Como ninguna de sus declaraciones nunca ha sido objetadas, nadie puede criticar sus acciones, palabras ni decisiones. ¿Alguien que no sea un Profeta instruido por Allah puede tener tal inteligencia, previsión, sagacidad, perspicacia, sano razonamiento y prudencia?

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